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Fecha de publicación Octubre 04, 2018

Los goteos involuntarios también tienen efectos económicos

La incontinencia urinaria no es normal después de la infancia, tampoco lo es usar pañales en la tercera edad. Si esta enfermedad no se trata, además de afectar la calidad de vida, puede incidir en la economía de quienes la padecen, y de todo el Sistema de Salud.

 

En este artículo abordaremos la incontinencia urinaria desde un ámbito económico, para entender cuál es el impacto de esta enfermedad en el bolsillo de quienes la padecen. Para ampliar este tema, entrevistamos al Doctor Mauricio Gómez Londoño, Subespecialista en Uroginecología y Piso Pélvico de la Clínica Universitaria Bolivariana:

 

¿Por qué razón están cometiendo un error las mujeres que usan pañales para tratar la incontinencia? 

Desafortunadamente existen en nuestra sociedad algunos conceptos errados, como por ejemplo “es normal a cierta edad, padecer de pérdidas urinarias” y “es normal a cierta edad utilizar protectores o pañales”. Estos errores a su vez son reforzados por comerciales en los medios de comunicación que fomentan el consumo de estos productos.

Todas las pacientes con incontinencia urinaria, por leve o severa que sea su condición, tienen derecho a ser evaluadas por personal entrenado para conocer las diferentes alternativas, y definir si lo último a lo que se debe llegar es al uso de pañales, teniendo en cuenta todas las alternativas y posibilidades de manejo. 

 

¿Cuáles son los gastos o costos en los que incurre una mujer que sufre esta patología? 

Son numerosos: materiales y productos absorbentes y de protección para la piel, consultas médicas y re-consultas por esta patología. Esto sin tener en cuenta que, si el personal médico a cargo no tiene la suficiente experiencia para reconocer este trastorno como un problema, terminará empeorándolo.

También podemos mencionar gastos en productos de higiene y aseo personal, en lavado de ropa y en compra de suficiente ropa interior para poder realizar cambios frecuentes, cirugías fallidas o reaparición de la enfermedad en caso de no haber sido bien enfocada desde un principio.

 

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Esta patología “no es normal a ninguna edad” y que es cuestión de conciencia y prevención. 

No es normal luego de la infancia, tener pérdida de orina y del control voluntario de esfínteres; pero, en nuestra sociedad, erróneamente se considera que, con la edad y envejecimiento, es normal tener estas pérdidas y, como mencionaba, los comerciales de los medios de comunicación sobre productos para la protección en casos de incontinencia, lo reafirman.

Con la debida educación y la divulgación de las alternativas de manejo subespecializado, cada vez las pacientes tendrán menos vergüenza y podrán consultar para obtener tratamientos a tiempo y de calidad óptima, más aún, cuando sepan que la mitad de las mujeres por encima de los 50 años padecen algún grado de incontinencia de orina, sabrán que no son las únicas y que tenemos numerosas herramientas para ayudarlas a mejorar su calidad de vida.

 

En esta medida, ¿qué responsabilidad tienen sus familiares para con los adultos mayores, en términos de generarles de conciencia sobre esta patología? 

Cada vez existen más alternativas para obtener información de diversa calidad. Es una oportunidad para que las personas que tienen acceso a internet y mujeres con patologías relacionadas con la incontinencia urinaria, puedan trasmitirles información concreta y científica, para que ellas busquen ayuda en los lugares idóneos y logren resultados óptimos que se mantengan en el tiempo, sobre todo, teniendo en cuenta factores como el envejecimiento de la población y el aumento en la expectativa de vida. Tenemos que estar preparados y educar a nuestros seres queridos. 

 

Para conocer más sobre esta enfermedad dar clic aquí.  

 

Agradecimientos al Doctor Mauricio Gómez Londoño, Médico Subespecialista en Uroginecología y Piso Pélvico de la Clínica Universitaria Bolivariana, por su colaboración en la realización de este artículo