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Fecha de publicación Septiembre 28, 2017

El Poder Oculto de la Música en Prematuros

 

Alternativa sin Fármacos para la Estabilidad y el Sueño en Bebés Prematuros


Al tener la posibilidad de compartir con padres de bebés prematuros, entiendes que la situación es todo un reto diario en que intervienen la asistencia médica, la educación y la esperanza para proteger la vida de una criatura que tuvo la valentía de nacer antes de lo estrictamente necesario.

 

El poder oculto


Cuando un bebé nace prematuro es mucho más vulnerable de lo normal, su cuerpo y cerebro requieren de un esfuerzo mayor para adaptarse a la vida fuera del útero, pues, estímulos tan simples como tocar su piel inmadura o el sonido de un teléfono tienen el potencial de afectar su homeóstasis, un término técnico para referirse a su estabilidad.

Dentro de este panorama, existe una alternativa no farmacológica para apoyar al bebé prematuro en su proceso de desarrollo y fortalecimiento: por un lado, con el objetivo comprobado de enseñarle a su cerebro a coordinar ritmos corporales de forma que el recién nacido pueda autorregularse y, por otro (apenas en investigación) para mejorar los momentos de sueño del lactante y sus consecuentes beneficios.

 

 

El Bebé es una Sinfónica y la Música su Director


Los bebés prematuros son vulnerables porque no tienen la total capacidad de autorregularse y soportar todos los tratamientos que deben atravesar en su condición, y es la música una forma para ayudarles a encontrar mayor estabilidad física y mental para afrontar todo el estrés de su proceso médico.

Para un bebé nacido a término, la coordinación de sus ritmos o movimientos cardiacos, eléctrico cerebrales o pulmonares, entre otros, sucede de forma automática y más eficiente en el consumo de energía; muy diferente de un prematuro, para quien el simple hecho de succionar el seno para comer, puede compararse con correr una maratón para un adulto, llevándolo a perder peso.

Afortunadamente, ya está comprobada la contribución de la música a la regulación de estos y otros ritmos corporales y/o cerebrales, evitando que la descoordinación de tales ritmos, o en otros términos la coordinación todavía inmadura de ellos por parte del lactante, derive en arritmias, fallas respiratorias o convulsiones.

La música como terapia incluida en el tratamiento del paciente no es nueva y pasó de ser terapia alternativa a ser terapia estándar, una ciencia, con aplicación en países como Suiza, Australia y Estados Unidos, con el objetivo específico de facilitar al cerebro el aprendizaje de ritmos corporales, tan simples para nosotros, pero tan complejos para un bebé prematuro.

 

 

Música para Dormir y Dormir para Crecer


Desde hace dos años, en la Clínica Universitaria Bolivariana, se adelanta un proyecto de investigación que busca demostrar con rigor científico el poder de la música para favorecer la calidad y/o cantidad del sueño en prematuros.

La calidad del sueño está directamente relacionada al desarrollo cerebral, es decir, entre mejor sea el sueño, mejor será el desarrollo. Pero todo no termina aquí: el sueño también contribuye al crecimiento del nuevo ser, permite que gane más peso, utilice menos oxígeno y en definitiva que sea dado de alta en el menor tiempo posible.

De esta forma, están claros los beneficios del sueño en el pronóstico de vida y salud del bebé, pero lo que ahora se intenta demostrar es si la música contribuye a mejorar el sueño. De acuerdo a la Neuropediatra Carolina Serrano Tabares de nuestra institución, “lo que nosotros vamos a hacer es mirar si es posible implementarlo dentro del cuidado estándar del niño, que en nuestra unidad haya música para los niños, si funciona y trae beneficios”.

 

 

¿En qué va la Investigación?


Algo importante sí, es aclarar que no cualquier tipo de música funciona para este objetivo: las melodías deben asemejarse a los ritmos biológicos; si no es así, el efecto va a ser el contrario.

No es que la mamá diga que le gusta Vicente Fernández y le pongan esa música al bebé. Se sabe que entre los ritmos más efectivos están la voz de la mamá cantando o contando un cuento, voces femeninas, agudas y muy monótonas, ritmos muy monótonos, predecibles y repetitivos porque así funciona el cuerpo. El ejemplo más típico son las canciones de cuna”, afirma Serrano.

La investigación se encuentra en la fase práctica, para la cual se tiene previsto el desarrollo de los audífonos o el equipo y una serie de recomendaciones (como el volumen apropiado) para reproducir la música dentro de la incubadora, sin generar ruido, daños y estrés. Adicionalmente, están en proceso de producción las pistas musicales que se utilizarán en un estudio doble ciego, donde los profesionales que investigan no sabrán previamente qué bebé fue expuesto a la música y cuál no.

Detrás de esta investigación están las mejores intenciones de la Neuropediatra Carolina Serrano y del Líder Científico de la Unidad Neonatal Andrés Felipe Uribe Murillo, que siendo conscientes de que no se puede modificar la variable ‘estancia’ en la Unidad de los bebés, aspiran a que esa estancia sea en las mejores condiciones posibles.

Agradecimientos a la Neuropediatra Carolina Serrano Tabares , de la Clínica Universitaria Bolivariana, por toda la información suministrada en torno al tema tratado en este artículo.